Psic. Clínica, Sofía Pérez Cerón

28/05/2024

El apego es la forma en como nos vinculamos emocionalmente con las personas, este se configura dentro de los primeros años de vida, en conjunto de las figuras principales. Es un sistema motivacional innato que busca la proximidad de una figura única que es vista como protectora y proporciona una seguridad adaptativa; el objetivo es mantener una relación cercana durante un periodo de tiempo y es un constructo aplicable a todo el ciclo vital. Hay diferentes clasificaciones de apego:

• Apego seguro: refleja padres que están disponibles, son empáticos, han sabido leer y cubrir las necesidades del niñx, aceptando la individualidad de este y ayudando a regular emocionalmente al menor desde el afecto. Un adulto con apego seguro disfruta de la intimidad y cercanía en una relación, se siente correspondido en el amor y las relaciones, le gusta compartir tiempo en pareja, pero también darle espacio y estar con otras personas.
• Apego evitativo: en la infancia destacan padres fríos y distantes, tardan en satisfacer las necesidades y se muestran poco afectivos. En la adultez, son personas distantes y frías, temen al compromiso, les cuesta expresar emociones y priorizan la independencia y la autonomía; su prioridad no la coloca en el vínculo, por lo que sus relaciones suelen ser superficiales.
• Apego ansioso: en la infancia, muestra padres disponibles solo en ocasiones, hay dificultad para leer las necesidades de los hijos, el menor genera ansiedad por separación, ya que no saben si la figura protectora estará o no; demuestran un bajo autoconcepto y se torna hiper vigilante y dependiente. En el adulto, se visualiza que basa su felicidad en la relación, muestra miedo a ser abandonado y hay un deseo de intimidad, pero con miedo en la misma. Invierte mucha energía emocional pensando en la relación y realiza muchas interpretaciones de todo lo que hace la su pareja.
• ·     Apego desorganizado: en la infancia demuestra padres impredecibles e incoherentes, negligentes e irresponsables. En la adultez se muestra una relación de amor y odio, muestra relaciones conflictivas, dramáticas e inestables. Temen a ser abandonados y a la intimidad.

El apego puede cambiar con el tiempo, se puede trabajar, construyendo relaciones seguras, la idea de tenerlo claro es poder identificar qué cosas nos están causando sufrimiento para trabajarlas y sentirnos mejor con nosotros mismos y nuestras relaciones. Las relaciones que formamos son vitales para provocar el cambio, por lo que poner el foco en ellas y cómo trabajarlas es crucial. Si necesitas ayuda psicológica gratuita llámanos al 800381723 o escríbenos AQUÍ.