Psic. Clínico Gustavo Cortés

22/04/2024

En la actualidad cada vez se sabe más sobre la comunidad LGBTIQ+ gracias a los avances que se han conseguido desde su lucha por igualdad de derechos y por su cada vez más constante aparición en medios de comunicación, películas y series, política, entre otros. Sin embargo, no debemos olvidar que las personas pertenecientes a este colectivo han existido desde siempre en la historia de la humanidad, por lo que de manera interna sus integrantes viven día a día lidiando con prejuicios y estándares que vienen tanto de manera externa, como de forma interna por las mismas personas que componen esta diversa comunidad.

Desde lo externo a este grupo podemos encontrarnos con comentarios como: dentro de una relación de dos personas del mismo sexo, hay una que ejerce el rol de hombre y la otra parte el de mujer, que las personas bisexuales no existen, que las personas transgénero no son más que travestis o que se trata de un capricho momentáneo, que esta comunidad es promiscua, entre muchas otras cosas que solo alimentan estereotipos dañinos para toda la sociedad. Incluso dentro de la comunidad también hay ciertos prejuicios y estereotipos perpetuados a través del tiempo, que muchas veces fomentan que la comunidad LGBTIQ+ se transforme en un espacio hostil y no en uno de seguridad y libertad, como debería ser.

Algunos ejemplos claros podrían ser:

• La discriminación de personas homosexuales con una expresión más bien masculina a otras que tienen una expresión más femenina, catalogándolos muchas veces como débiles o delicados
• Personas transgénero que no calzan al 100% en un espectro masculino o femenino, cayendo muchas veces en catalogarlas como poco agraciadas físicamente; cayendo en una visión más bien polarizada, donde todo es blanco o negro, invisibilizando la tremenda diversidad que existe y reduciéndola a unas cuantas alternativas que nos parecen más aceptables, o porque no decirlo, que nos resultan menos incómodas o amenazantes.

Si bien es tremendamente positivo que personas de la comunidad LGBTIQ+ o vivencias de estas estén cada vez más presentes y normalizadas, en parte gracias a la inclusión en diversas áreas, es muy importante que poco a poco comience a verse la sexualidad humana, formas de expresarnos y manera de vincularnos afectivamente como algo lleno de matices, donde precisamente no se deba encajar en una especie de molde para recibir la aceptación o validación de los demás, una vez que se vayan superando estereotipos y prejuicios – en todo ámbito social– no me cabe duda que avanzaremos como humanidad, esta vez enfocándonos en lo que realmente importa, respetar a la persona que tenemos al lado desde la comprensión y aceptación, independiente de lo que veamos en la superficie, porque si bien cada persona es única desde las experiencias vitales que han ido moldeando su forma de pararse frente al mundo, hay algo que nos conecta como humanidad y sociedad, el deseo de respeto y amor incondicional.

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