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Artículo

Comunicación Familiar


nota

Psic. Clínica, Denisse Leclerc

03/06/2023


La comunicación es el proceso de establecer y desarrollar contactos entre personas, es así como podemos decir que es la base de cualquier vínculo, por lo tanto, también lo es para los lazos familiares.

Para que el diálogo familiar sea efectivo es importante tener en cuenta:

Escucha activa: la escucha activa no es solo oír lo que nuestro interlocutor está diciendo, sino que hay que estar con una disposición de escucha específica. Es decir, poner atención a lo que comenta el otro, mostrar interés en lo que está diciendo e intentar comprender y empatizar con lo que nos dice.

Leer lenguaje corporal: es importante estar atento a lo que el otro nos quiere comunicar, y no solo con la comunicación verbal, sino que también con la kinésica. Es así como podemos observar si el otro está agradado o no con la conversación, si está cómodo, si está disponible para tener dicho diálogo, si está cansado o somnoliento, entre otras características que podrían interferir en la efectividad de la conversación.

Empatía: sin esta condición es difícil que la comunicación sea saludable. La empatía es ponerse en el lugar del otro, es decir, tener altura de mira suficiente para poder comprender al otro y entender sus emociones y pensamientos. Esto no quiere decir que siempre te haga sentido lo que el otro piensa o puedas sentir exactamente las mismas emociones, aun así, es importante tener este espacio de comprensión con nuestro interlocutor, porque así puedes ser más cercano y evitar el ataque o el juicio en exceso hacia el otro.

Evitar enfrentamientos: esto no se refiere a no ser confrontativo, sino más bien, aprender a hacerlo de manera asertiva, en donde no se vea como un ataque hacia el otro. Esto quiere decir que, aunque las posturas sean distintas, o incluso opuestas, no es necesario mantener una pelea donde el objetivo sea que argumento gane. Por el contrario, es fundamental llegar a consensos, y para esto la actitud que hay que tener es de escucha y empatía. Es clave poder entender en algún punto al otro y negociar acuerdos para que las dos posturas se incluyan en una deliberación final.

Equilibrio: en una conversación o derechamente una discusión, no podemos concentrarnos exclusivamente en lo negativo. Esto quiere decir que, si bien se pueden hablar de los conflictos y diferencias que se están presentando, es importante que se refuerce la idea de que son familia, y por consecuencia, lo más probable es que haya amor de base, por eso mismo, al momento de tener intercambios de opiniones es bueno también destacar aspectos positivos del otro.

Amor: como se dijo en el punto anterior, siempre es bueno tener en cuenta que la comunicación o la intencionalidad de dialogar es para llegar a un consenso. Por eso mismo es necesario tener en cuenta que hay afectividades de por medio, por lo que, si se tiene presente que la comunicación familiar tiene una base amorosa, podría facilitar todos los puntos anteriores. La disposición desde el amor deja la rabia u otras emociones displacenteras activas en segundo plano.

Respetar límites: si bien podrías tener todas las intenciones de tener una buena conversación con un miembro de tu familia, hay que evaluar si el otro realmente está disponible para aquello, y de no ser así, respetar su postura y esperar hasta que si se pueda dar la conversación. Así mismo es importante respetar la privacidad del otro, como sucede con los hijos adolescentes o con las parejas.

Recuerda que, si necesitas orientación psicológica, puedes contactarnos al Centro Simi de Salud Emocional (SIMISAE) con un servicio gratuito de atención vía telefónica 800-381-723 y vía correo al centrodiagnostico@simisae.cl. El horario de atención es de lunes a sábado de 8:00 a 20:00 hrs.