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Artículo

Cómo lidiar con familiares que no cambian


nota

Psic. Clínica, Emilia Nin de Cardona

13/05/2024


Cuando hablamos de dinámicas familiares tenemos que entender que cada persona las entenderá de una manera diferente, a pesar de estar en el mismo circulo todos viven y significan de distintas formas desde sus propias vivencias, definiciones, rangos etarios, género, etc. y por lo mismo es que lo que puede ser un problema para algunas(os) puede no serlo para otras(os). Ahora, tener en cuenta estos factores no tiene como fin la justificación de faltas de respeto o de actuares problemáticos, sino más bien de rescatarlos al momento de entender el actuar de una persona con el fin de ver qué hacemos nosotras(os) mismas(os) con eso en pos de nuestra salud mental, ya que -aunque suene incomodo- la persona es libre de elegir si cambia o no.

Partiendo de esta idea es que podemos hablar de cuando una situación está generando incomodidad y/o sufrimiento en una(o) misma(o). A partir de este sentimiento es que debemos pensar qué se puede hacer para cambiarlo, por ejemplo: se pueden generar conversaciones grupales con la familia en donde todos puedan expresar lo que sienten, se puede hablar solo con la persona implicada o se puede buscar un tercero que pueda aportar a la conversación, incluso se puede optar por terminar relaciones o formas de contacto; a partir de eso se busca la manera de poner límites, de expresar lo que está generando malestar y cómo la persona afectada necesita que la situación cambie. El manejo de expectativas en estos momentos es clave para entender qué cosas podemos esperar de la otra persona, del círculo familiar y cómo se puede lograr la propia tranquilidad sin esperar un cambio radical, ya que es muy difícil que eso pase.

¿Qué hago después de que hice todo esto y el problema sigue o la persona no quiere cambiar?

Si bien puede sonar como algo lamentable, es en estos casos en donde se tiene que enfocar el cambio y trabajo en una(o) misma(o) y no en la persona (a pesar de parecer que es la otra parte la que necesita cambiar y generar el movimiento), ya que incluso se pueden ver más resultados viéndolo de esta forma. Las opciones son varias y la idea es que sea siempre teniendo en cuenta las siguientes cosas:

  • Expectativas: Conocer a la otra persona permite moverse en torno a eso y no a las expectativas de lo que nos gustaría que pasara o hiciera, la idea es tenerlas a raya para actuar en base a lo que si sabemos y no decepcionarse.
  • Limites: Si bien su meta es frenar a otro, se puede aplicar tomando una(o) la distancia de la persona o el tema de conversación, por ejemplo. Como puede ser que estos no sean respetados, expresarlos tiene que ser siempre con el fin de calmarse a una(o) misma(o).
  • Expresión propia: El expresar lo que una(o) siente, opiniones y puntos de vista no siempre va a generar un buen impacto en el círculo familiar, por lo que cuando se haga tiene que ser buscando la propia tranquilidad al desahogarse y no un impacto en los otros.
  • Movimiento en una(o) misma(o): al enfocarse en todo lo que una(o) puede hacer, buscar los cambios que sean aplicables desde nuestro trabajo y con nuestra salud mental como única meta se puede ver más movimiento, lo que va a generar tranquilidad y una sensación de cambio.

Si bien pensar de esta forma va en contra de las ideas tradicionales de familia, esto no significa que estas no deban ser aplicadas o no se deba pensar de esa formal, su finalidad es ampliar la visión respecto de la familia y como esta puede ser llevada actualmente. Puedes llamar a Centro Simi de Salud Emocional (SIMISAE) al 800 381 723 para recibir orientación psicológica gratuita de parte de un equipo de profesionales dispuestos a ayudarte y acompañarte con este y otros temas. El horario de atención es de lunes a viernes de 8:00 a 20:00 hrs y sábados de 8:00 a 16:00 hrs.